Sí. El bebé está expuesto a cualquier VIH que se encuentre en la sangre y otros líquidos de la madre al pasar por la vía del parto. Durante el parto, los medicamentos contra el VIH que pasan de la madre al bebé a través de la placenta previenen la transmisión maternoinfantil del VIH, especialmente cerca del parto.
Las mujeres que ya están tomando los medicamentos contra el VIH cuando comienzan el trabajo de parto deberían, en lo posible, continuar tomarlos a las horas programadas durante el parto.
Las mujeres que no están tomando medicamentos contra el VIH o que tienen una carga viral alta (más de 1.000 copias/ml) o desconocida cerca de la hora del parto, deben recibir un medicamento contra el VIH llamado zidovudina (marca comercial: Retrovir) por medio de una infusión intravenosa.
La zidovudina se pasa fácilmente de una mujer embarazada a su bebé a través de la placenta. Una vez que el medicamento entra al sistema del bebé, lo protege de cualquier infección por el VIH que pase de la madre al niño durante el parto. Por esta razón, el uso de la zidovudina durante el parto previene la transmisión maternoinfantil del VIH, incluso en mujeres con cargas virales altas cerca del momento del parto.